viernes, 22 de junio de 2007

EL COLECTIVO

El colectivo recorría la pequeña ciudad.

De orilla a centro, de centro a orilla, cada día.

Era testigo de precios que suben.

De amores imposibles

de odios que no cicatrizan.

De saludes que se dañan

y hospitales que no anochecen.

Refugio de sueños

y excusa para los que se quedaron sin regreso.

Ese día se había vuelto un rodante albergue de mudos.

Todo era silencio, chofer, pasajeros...

Todo menos la radio que con voz de trueno

anunciaba con horror entre los dientes,

la decisión apocalíptica de los déspotas.

En el vano de la puerta viajaba el uniformado.

Portavoz de la infamia,

miró a cada uno

con ojos de verdugo

Como queriendo confirmar en las miradas

la clara señal del espanto.

Después, para bajar, hizo parar el colectivo.

El colectivero apagó la radio

y lo despidió con una prolongada puteada.

No había terminado la tarea

cuando cruzó el auto

que hacía flamear una inmensa bandera.

Abandonando el volante

sacó buena parte de su cuerpazo por la ventana

y gritó:

"Idiota, hasta ayer nos mataban

y ahora te vas con ellos..."

Ese hombre, agreste, interpretaba con finura

este país que somos...

Era el mediodía del 2 de abril de 1982

lunes 2 de abril de 2007 (veinticinco años después)

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