viernes, 22 de junio de 2007

ESE ROSTRO


Ese rostro que cruza la multitud,

lleva todos los vientos y los exilios del espanto.

Tiene formas de madera

y destino celeste de araucaria.

Sobre él han trabajado los años.

Heridas de los abuelos


que vuelven para habitarlo.

El paso es firme

y la voluntad del reclamo

pone su nombre sobre la pancarta.

Marcos me mira,

desde una remera, interrogante.

Quizá no entienda

que entre tanta palabra

esta mujer pueda concentrar su batalla

en la poesía de Roque Dalton

que con ella ha vuelto

a enarbolar la esperanza.

Ese rostro que cruza la multitud

me mira desde los ojos originarios de América

Me mira desde un mundo incendiado.

Lleva en la mirada coraje de cinco siglos,

y su reproche suena como las armas.

Ese rostro tiene el color

de las camisas pintadas.

El color de la arcilla

que, día por día, sus manos amasan.

Y vuelve a mirarme Emiliano Zapata

desde el único espacio de su pasamontañas.

También allí hay dos ojos

con todo el dolor de América postergada..

Es el momento preciso en que un médico

me golpea con su palabra para recordarme,

para recordarle a la multitud

que los tambores no suenan en vano.

Una vieja mapuche ha cruzado la calle

Su rostro y su pancarta

llevan todos los vientos y los exilios del espanto.

Los tambores, no suenan en vano...

(Neuquen. Neuqúen: Movilización de los trabajadores de la salud. (Último viernes de abril de 2005)

No hay comentarios.: